martes, 25 de enero de 2011

Infancia perdida... o cómo perder 40 pesos de la forma más estúpida

Érase una vez, un hermoso reino donde vivía un niño al que le gustaba sentarse frente al televisor, de lunes a viernes a las 7:00 p.m., para disfrutar uno de sus programas favoritos: "El Avispón Verde" (The Green Hornet, 1966); un "héroe" poco convencional, pues a pesar de combatir el crimen también era perseguido por la policía. Pero, PERO, lo que más disfrutaba era poder ver a Kato pateando traseros, y quien hacía la mayoría del trabajo en cada episodio. El niño creció pero, aún así, conservó aquella serie televisiva en su memoria y en un lugar muy especial de su corazón.



México 2011

El encanto se rompió el pasado fin de semana. Aún me sigo preguntando qué demonios estaba pensando cuando se me ocurrió encaminar mis pasos hacia el cine más cercano. Siento como si alguien hubiera tomado un martillo y golpeado mi infancia hasta convertirla en pedacitos, después recogió los restos, los metió a una licuadora, se los tragó y los vomitó. Me atrevo a decir que Van Williams debe estar revolcándose en su tumba... esperen, todavía no ha muerto, pero seguramente debe estar deseando morir para poder revolcarse sobre su tumba.

¿Por dónde comenzar a explicar la brutal carnicería que presencié a través de la pantalla del cine? Sé que hay gente que me llamará purista, pero, parafraseando el Rap/a/duras/penas de Pedro Guerra, es una pena que una cosa que no es boba, la coge un tipo y la convierte en boba; y eso es lo que han hecho con el hito televisivo.

(A partir de aquí obviaré la advertencia de los spoilers de la película porque, obvio, este post contiene spoilers)

Debo decir que desde antes de ver la cinta tenía mis dudas, gracias a la información proporcionada por el trailer de la misma, en donde podemos apreciar un Britt Reid/Avispón Verde con un serio problema de retraso, o bajo el influjo de éxtasis. Y es ahí donde empezamos a tener deficiencias, en la elección del actor principal. En la serie televisiva de 1966 teníamos a:


Britt Reid (Van Williams), sofisticado multimillonario y hombre de mundo, dueño del diario El Centinela. Quien en las noches combate el crimen bajo la identidad de El Avispón Verde. (Sobra decir el porte que tiene el tipo)

En el 2011 tenemos a:


Britt Reid (Seth Rogen) un pendejo, hijo de papi, pendejo, mujeriego, pendejo, fiestero, pendejo, despilfarrador, pendejo, mantenido, pendejo, inmaduro... y pendejo. Quien hereda de su padre su fortuna y el diario El Centinela. En sus ratos de ocio se dedica a hacer como que le hace al Avispón Verde, y entre sus habilidades destaca la de hacerse o parecer un perfecto pendejo. El Britt Reid el 2011 podría ser el alma gemela de Paris Hilton.

En 1966, el compañero de El Avispón (redoble de tambores, por favor), Mr. Jeet Kun Do, el patea-traseros mayor, aquel que le dio sus nalgaditas a Robin, que también pudo madrearse a Batman con una mano atada y quitándose los callos de los pies (si los productores se lo hubieran permitido), el único capaz de sacarte el corazón usando sólo las manos y mostrartelo mientras sigue latiendo y tú sigues consciente...


Bruce Lee (aplauso ensordecedor), Kato en la serie.

Y en 2011... Hasta eso, Jay Chou no lo hace tan mal, mi molestia principal es por el tipejo que hace el papel de Britt Reid, es sólo que no podía dejar pasar la ocasión para mencionar al señor Lee (watooouuuuuh!).

Continuemos.

Seth Rogen dista mucho de la imagen seria de 1966, de hecho, hay momentos en que el personaje es demasiado infantil y parece más un hijo de papi que se pone pedo en los antros más exclusivos de la Zona Rosa. Hay mucha inmadurez en este Britt Reid. Cierto, la película cuenta el inicio de las aventuras de El Avispón, así como la transición del hombre al "héroe", pero a Rogen sólo le falta salir desnudo a la calle, con una lata de aerosol y pintando "the Green Hornet was here" en todas las paredes para marcar su territorio. No existe una evolución del personaje, sólo su pendejez, que va creciendo exponencialmente conforme avanza la película; justo cuando nos quieren convencer de que por fin dio el salto a la madurez ¿qué creen? sigue y seguirá siendo un estúpido. Por lo que Britt Reid termina siendo una versión light y adinerada de Zack Brown (Zack and Miri Make a Porno, 2008). Con lo cual, la cinta pudo llamarse Britt Reid and Kato Make the Green Hornet.

El planteamiento de la trama no es mala, el problema es el desarrollo. La película profundiza un poco en la relación entre Dan Reid y su hijo Britt, desde temprana edad, así como el resentimiento que este último le guarda conforme pasan los años. Cuando su padre muere, termina heredando su fortuna y El Centinela. Entonces Reid decide junto a Kato, antiguo chofer de Dan, desahogar tantos años de rencor de la manera más madura posible: cortando la cabeza del monumento de su padre (superen eso hinchas de la Monumental del América, mira que eso de tirar carretillas a la cancha...). Justo antes de regresar a casa, se encuentran con una chica que está siendo acosada por unos maleantes, deciden ayudarla (de hecho, Reid hace el ridículo mientras que Kato luce espectacular, como desde antaño) y es así que comienza la travesía de El Avispón Verde. Las aventuras de este duo los llevan hasta la conexión entre una red de narcotráfico y un fiscal corrupto, la cual es desenmarañada accidentalmente por El Avispón, casi por generación espontánea, y todo comienza gracias a un ardid infantil, por parte de Reid, de querer llamar la atención de los medios con su identidad secreta.

Hay momentos en los que la cinta se torna lenta y contiene varias secuencias llenas de diálogos inútiles (tomen eso detractores de Tarantino), donde la historia central pudo ser resumida a sólo una hora de duración (y no las casi dos horas de suplicio que uno tiene que chutarse). El filme está plagado de tantos chistes, sobre todo por parte del personaje de Rogen, que uno ya no sabe si está viendo la versión de Luis de Alba de El Lambiscón Verde o si la adaptación de la serie televisiva corrió a cargo de 'Weird Al' Jankovic (cualquiera de las dos sería más entretenida). La adaptación cinematográfica termina siendo eso, un chiste, y uno de muy mal gusto, donde el héroe y los villanos lucen más como la versión de los 60's de Batman y Robin.

Lo único rescatable de la cinta son los personajes de Leonore Case (Cameron Diaz), secretaria personal de Britt Reid, y Mike Axford (Edward James Olmos), editor en jefe de El Centinela. Diaz refresca el personaje de 1966 logrando convencernos de que inteligencia y belleza pueden vivir en perfecta armonía. Mientras que Olmos reinventa a Mike Axford, convirtiéndolo en la guía de Reid en el ámbito periodístico. Ambos personajes son bien logrados y se mantienen apegados a la esencia de la serie original.

Los efectos especiales y la banda sonora son decentes, sin llegar a ser espectaculares, aún así no desmerecen. Tal vez lo que más nostalgia despierte, sea escuchar el tema original de la serie de TV:
"Flight of the Bumblebee", de Nikolai Rimsky-Korsakov. Y nostalgia de volver a ver la versión del '66 me quedó al terminar el filme, porque ni con la reminiscencia de varios pasajes de la serie original logran una adaptación decente (la más notoria, una de las secuencias finales donde evocan un episodio en el que Britt Reid, que había sido herido por una bala como El Avispón, finge sufrir un atentado a manos de Kato para evitar que, al ir al hospital, sea descubierta su identidad secreta).

En definitiva, prefiero conseguir los episodios originales en DVD.

Y espero que mis amigos(as), si es que en realidad son mis amigos(as), golpeen mis extremidades de tal forma que no haya manera humanamente posible para que pueda trasladarme al cine la próxima vez que se me ocurra ver un bodrio como El Avispón Verde.