jueves, 16 de octubre de 2008

Que pasonsote

La modernidad y los cambios revolucionarios en la ideología del mexicano están en boga. Por ejemplo, ahora tenemos divorcios express, que permiten que uno vuelva a estar soltero en 30 días o la devolución de los votos matrimoniales, con lo que podremos casarnos en Las Vegas con Elvis (para ahorrarnos tiempo y de paso matar dos pájaros de un solo tiro con la luna de miel) y divorciarnos con El... notario en tiempo record.

Somos tan 'open-mind' que ya hay una propuesta para despenalizar -o como dicen los legisladores: legalizar (que es igual pero no es lo mismo)- el uso de la marihuana. Incluso ya se han contemplado las regulaciones al respecto (si no son tan pendejos nuestros políticos, ya lo tienen todo más que planificado).

Tales regulaciones contemplan la creación de lugares exclusivamente para la venta y el consumo de la droga, con lo que los fumadores -incluido yo- nos vamos a poner al brinco porque a ellos sí les van a poner sus 'changarritos' y nosotros nos jodemos sufriendo por las inclemencias del tiempo (debido a que los impíos fumadores no merecemos perdón de Dios ni espacios cerrados); la cantidad de 'mota' que podremos portar (se habla de cinco gramos para consumo individual); y la cantidad de plantitas de marihuana (no más de cinco, aunque ¿por qué no podrían ser seis?) que podemos sembrar en nuestras casas, con lo que una amiga mía se va a poner feliz porque su plantita, que ya tenía hace varios años, por fin va a ser reconocida por la sociedad, podrá festejarle su bar mitzvah, y ya va a poder sacarla a pasear al parque. Obviamente, la división de opiniones no se hicieron esperar.

La propuesta suena bastante interesante de no ser porque estamos implementándola en México (debo aclarar que amo a mi país, sus mujeres, su cultura, sus mujeres, sus playas, sus mujeres, a la Selección Mexicana, sus mujeres, a los ambulantes no tanto, y... sus mujeres). Desgraciadamente, como sociedad mexicana, no estamos preparados para este tipo de estrategias ¿Por qué? La respuesta es muy sencilla: la falta de un criterio amplio y la plena aceptación de este problema social.

Hasta ahora, todas las políticas de prevención de adicciones han tenido dos vertientes: la prevención mediante la prohibición y, dos, el combate directo al narcotráfico. Si analizamos la mayoría de las campañas en este rubro, encontramos que todas dicen el típico "NO", o cosas como "las drogas son malas", sin dar más detalles o información al respecto. No menos importante resulta la postura de la gente, quienes discriminan al adicto y lo consideran un delincuente (aún cuando se obvia que la adicción es más una enfermedad que una actividad ilícita), sumada con su percepción errónea del problema y su entorno (por ejemplo, asumir que todos se drogan excepto nuestros familiares o allegados, o que sólo la gente de escasos recursos o zonas conflictivas son quienes lo hacen).

Varias de las estrategias de esta propuesta ya se han implementado en países europeos, como es el caso de las casas para consumo (donde no se vende droga, únicamente se permite su consumo procurando las mejores condiciones higiénicas para el adicto además de contar con servicios médicos para cualquier imprevisto); estoy hablando de la metodología de reducción de riesgos y de daños. La reducción de riesgos -grosso modo- refiere a las estrategias que prevengan las consecuencias en el consumo de la droga; la reducción de daños es proporcionar el tratamiento necesario para el adicto crónico. Se proporciona la información acerca de los efectos y consecuencias de las drogas, así como las sugerencias de consumo, y qué hacer en caso de emergencia, que eviten los factores de riesgo de dicha actividad. De primera mano, esto último suena a dar "tips" para consumir drogas, lo cierto es que se parte de la premisa de poner al alcance toda la información pertinente y dejar que la decisión final sea tomada por los jóvenes (como la campaña "Reviéntate sin reventar" del Colectivo Vitamina); de ninguna manera se trata de alentar al consumo. Las políticas y estrategias respecto a la reducción de riesgos y daños son muy extensas.

Volviendo al tema, aquí en México tenemos un pensamiento 'mocho' en diversas cuestiones, incluyendo el tema de la drogadición. El hecho de tener casas de consumo, permitir a los ciudadanos portar cierta cantidad de marihuana, etc., son temas tabú dentro de nuestra sociedad. El principal temor es que prolifere el consumo en nuestro país. El peor escenario que yo imagino es algo parecido a la visión de Olallo Rubio en ¿Y tú cuánto cuestas?, donde las grandes empresas van a monopolizar la siembra, cultivo y procesamiento de la marihuana, y por consecuencia, lucrar con ella.

El consumo de droga es una realidad. Negarlo o adjudicárselo a cierto grupo social o geográfico es una perspectiva bastante cerrada y dentro de la 'zona de confort' de los individuos. Las drogas cambian y se diversifican, así como la sociedad. Por lo que las estrategias de prevención, y su discurso, deben modificarse para ofrecer a los jóvenes una realidad más cercana a su entorno.

Y en cuanto a la propuesta de legalización de la marihuana, tienen mucho trabajo por hacer los legisladores (ya 'chole' con tantas leyes hechas al vapor); tendrán muchos puntos por ponerle a las ies.



Actualización: Ha sido rechazada la iniciativa de legalización de la marihuana.

3 comentarios:

jarmvel dijo...

Que la legalicen, que la legalicen!! jajajaja. Es broma.
Como dices, no estamos preparados para tal paso. Creo que primero deben crear cafés y restaurantes donde se pueda fumar cigarrillos a gusto ( y sin ventilación alguna aparte de las puertas y ventanas).

Chacha dijo...

Muy buena idea Javv, pero vámonos por partes.
Primero sería tener políticos con I.Q. mayor al de las amebas; después, que éstos (los políticos, no las amebas, aunque estaría divertido el experimento social) puedan crear leyes que estén dentro del rango de la coherencia humana; que las leyes sean aplicables con todo el rigor de la ley y no con todo el valor de la impunidad (como normalmente se hace); y así sucesivamente.
¿Cuántos siglos podría tomarnos? ¿10? ¿20?

Neha Parikar dijo...

Nice to come here and see your post.

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