¿Una III Guerra Mundial?
Pablo Hiriart
La depresión económica en Estados Unidos y en Europa dolerá más en China y en India.
Varios cientos de millones de chinos e indios se acostumbraron a comer tres veces al día. Pero su alimento depende del comercio internacional, que está en picada.
Las altas tasas de crecimiento económico en China e India, que han permitido sacar de la pobreza a muchos millones de personas en esos países, declinarán.
La extraordinaria producción de chinos e indios se sustentó en el también extraordinario consumo de Estados Unidos.
Eso se acabó.
¿Qué van a hacer los gobiernos de China e India con millones de desempleados, que son personas que ya habían probado las mieles del confort, por mínimo que éste fuera?
¿Van a regresar mansamente a un régimen de hambre?
Una convulsión social y política no está fuera de los escenarios de probabilidades en esos países, especialmente en China.
¿Cómo van a controlar la situación los dirigentes comunistas chinos?
A Estados Unidos le va a ir muy mal, y por tanto también le va a ir mal a China.
Sus bancos han invertido miles de millones de dólares en instituciones financieras de Estados Unidos.
Hace un par de meses comentábamos en este espacio que Jacques Attali, en una de sus colaboraciones en L´Express, apunta que la crisis del sistema financiero americano es una amenaza para la estabilidad de China, ya que no es remoto que golpee a cientos de millones de habitantes de ese país y eso, llevado al extremo, podría ser una amenaza al régimen comunista.
Su banco central tiene un billón de dólares en reservas.
Posee más de 200 mil millones de euros en fondos soberanos (aquellos por los cuales responde el gobierno)
Gran parte de sus inversiones están en Bonos del Tesoro de Estados Unidos.
China tiene 15 por ciento de la deuda pública de Estados Unidos.
Eso es un riesgo para China. Pero lo es más para el mundo libre.
Dice Attali: “China ha visto el peligro, y no lo toma a la ligera. El momento se acerca en que retirará, en parte, sus capitales de Occidente, para ocuparse de ella misma. Será ahí cuando el mundo temblará”.
¿Qué pasa si China decide usar los fondos que tiene en Occidente para sostener su bonanza económica y ahuyentar los riesgos de una caída del régimen comunista?
Así las cosas, el gobierno chino no está atado de manos. Más bien, tiene la sartén por el mango.
Del otro lado, los ex agentes de la KGB que detentan el poder en Moscú parecen decididos a restaurar el poderío imperial de Rusia.
Tienen gas y petróleo. En Rusia se llenan las arterias que llevan esos insumos vitales a la industria, a las calles y a los hogares de Europa.
Por unos días cerraron las válvulas del gas y pusieron, literalmente, a temblar a una parte de Europa.
Se vieron “generosos”. Dejaron en la congeladora a sólo una parte del Viejo Continente, pero el mensaje lo entendieron todos.
La reciente guerra contra Georgia nos ha mostrado, con toda intención, que no les tiembla la mano para usar la fuerza y arreglar con las armas sus diferencias con el exterior.
Putin, el presidente Medvedev y el ministro de Defensa, Anatoli Serdioukov, usaron la invasión a Georgia para encender los ánimos nacionalistas y antioccidentales en su país.
Ellos esperan el momento para restaurar el poderío que perdieron con la caída de la Cortina de Hierro.
India tiene razones de sobra para atacar Pakistán.
Tanto India como Pakistán son potencias nucleares.
Las economías de todo el mundo necesitan inversión.
Y la mayor inversión en obra pública es aquella que se hace de manera obligatoria por un fenómeno acuciante, como es, por ejemplo, una guerra.
Paul Krugman, premio Nobel de Economía, apuntó hace algunas semanas en The New York Times:
“Si quieren ver lo que realmente cuesta sacar a la economía de la trampa de la deuda, fíjense en el enorme proyecto de obras públicas, también conocido como II Guerra Mundial, que puso fin a la Gran Depresión. La guerra no sólo condujo al pleno empleo, también produjo un rápido aumento de los ingresos y una inflación considerable, todo ello sin que el sector privado solicitara prácticamente ningún crédito. Hacia 1945 la deuda del gobierno se había disparado, pero el porcentaje de la deuda del sector privado respecto al PIB era sólo la mitad de lo que había sido en 1940. Y este bajo nivel de deuda privada contribuyó a que se dieran las condiciones propicias para la gran expansión de la posguerra.”
¿Nadie está pensando en una III Guerra Mundial?
Suelo estar siempre en contra de este cuate Hiriart, pero este artículo me pareció bueno ya que es lo que mucha gente dice... la única manera de salir de está crisis es una III guerra mundial... la pregunta... si ocurre saldremos vivos???
1 comentario:
Da escalosfríos!!
Grrrr!
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