jueves, 7 de mayo de 2009

Shyamalan: el eterno denostado

Hace pocos días tuve la oportunidad de ver la película The Happening (mal traducida como "El Fin de los Tiempos", o algo así), de M. Night Shyamalan, no es la gran película (de hecho no es la mejor de su filmografía), pero tampoco es tan mala como la hizo ver la dizque crítica especializada. Simplemente es, con algunos cabos sueltos y ciertos errores de continuidad pero no desmerece el filme (además de que, después de verla, le tengo más miedo a una rafaga de aire que a la influenza). Y recordé lo aporreado que ha sido este señor a lo largo de su carrera.

Para muchos, The Sixth Sense es el mejor filme y único blockbuster del director de origen hindú, y de ahí en adelante sus demás películas han sido catalogadas de regulares a malas. ¿Qué tan cierto es esto? Todo depende. Si comparamos The Sixth Sense con el resto de su filmografía, encontraremos que tal vez ninguna de estas logre el mismo impacto visual y una trama tan compleja como en el primer filme mencionado. Pero esto no significa que toda su filmografía sea un asco.

Shyamalan ha sido abatido una y otra vez por la crítica de cine (este grupo de gente que obra de forma muy misteriosa y que lo mismo pueden aplaudir una porquería de cinta y mandar al infierno a una verdadera obra de arte). Los principales argumentos de los entendidos han sido que sus filmes resultan mecánicos, faltos de vida e ingenio, carentes de personalidad alguna y que se limitan a construir y desarrollar mediocremente una brillantísima idea; y algo de razón tendrán (no, sigo siendo el mismo, pero es que hay que conceder el privilegio de la duda en algún momento). Lo que no podemos negar es que Shyamalan se ha hecho de un estilo bastante definido con historias que rebasan la comprensión humana y que es alguien que se rehusa a seguir las pautas del cine hollywoodense en sus producciones (y de ahí seguramente el por qué de las malas críticas recibidas). Ha podido jugar con nosotros, asustarnos si se lo propone, incluso inquietarnos con cuestiones que creíamos cotidianas y, a pesar de lo que opine la crítica, nos ha entregado muy buenas puestas en escena y le ha dado un soplo revitalizante al cine moderno (que sólo hace uso y abuso de las viejas fórmulas y clichés gastados impuestos por Hollywood) ¿Alguien duda que podríamos estar ante un genio en ciernes?

Cierto, no es un Kubrick, un Hitchcock o algún otro director de renombre y amplia trayectoria (tal vez no llegue a tal nivel de genialidad), y aún tiene muchas cosas por aprender, pero su carrera apenas va comenzando y, si los críticos no terminan desanimándolo por completo, podría ir en aumento.

Y para mí sigue siendo una promesa del cine.

No hay comentarios.: